Querido Jimmy:
Debo presentarte mis disculpas, sé que me he demorado en postear tu carta, pero te juro que no se debe a una falta de interés. El tiempo en este último mes me acorraló entre el poker, los libros, los exámenes y un pequeño empleo sin remuneración alguna. Bueno, espero me sepas comprender y no te enojes, pues más vale tarde que nunca, y dicen que lo bueno se hace esperar. Yo no soy bueno, pero gracias por esperarme.
Luego de exponer mis disculpas, me toca exigir las tuyas. Creo que no te comportaste bien conmigo y lo sabes. Me parece una cabronada no decir nada hasta el último momento. O sea, porque me dijiste "oe entre Marissa y yo, ya no hay una relación sólo amical", crees que fuiste muy hombre, que cumpliste como amigo. No. Mil veces "No". Pero, qué carajo pues, ya está todo hecho y aunque me jode no poderte considerar más mi hermano, sólo me queda aceptar el dramático cambio que dio esta historia.
En esta carta no puedo mantener una estética literaria, siento que al dirigirme a ti, es necesario escribirte tal y como te hablaría, aunque a quien lea esto, le parezca algo retorcido y pedestre. Pero nuestra comunicación siempre fue un delicioso surtido de groserías e insultos.¿Sí o no? cara de chucha con vista al mar y ahí sigue el hijo de la zorra y el toro castrado. Si veo un toro castrado, estoy seguro que voy a llorar por nuestra amistad, imbécil. Creeme que no hay un ápice de odio en mi ser hacia ti, siempre te voy a guardar un cariño especial, muy por encima que a Marissa, porque tu eras mi amigo, y para ser sincero y no es que me sienta orgulloso de ello, yo soy una persona muy aislada y tu eras de los pocos en quien deposité fe ciega y deposité más de lo que hubiera depositado en cualquier banco de sentimientos. Con cuántos hombres crees que me puedo amanecer chateando, no soy cabro, pero si lo hubiera sido no dudes que mi anillo lo guardaba para ti, aunque claro está que nuestras conversaciones siempre estuvieron inundadas de virilidad y de musas inspiradoras de una buena paja a las tres de la mañana.
Lo que ha pasado,definitivamente, es algo que esperaba. Sabía que se iban a enamorar o que ya estaban enamorados, pero el tener la certidumbre de ya saber oficialmente su relación, si me dolió, y como te dije: "Esto me jode mucho más por ti que por ella". Para ejemplificar la cosa, te puedo decir que parece un argumento de tus idolatrados luchadores cachascanistas, una novela de la WWF, en la que el bueno, el noble, de un momento a otro traiciona a su gran amigo y pasa a formar parte de las fuerzas del mal, se llena de codicia y pasa a ser el odiado por el público. ¿Ya ves? no es bueno pensar con el corazón (no digo con el pene, porque sé que Marissa no es la indicada para hacerte pensar con el pene), pero queda claro que no es bueno ser el que se mete por los palos, aunque no había nada entre ella y yo, hay un código tácito entre amigos.
Además, los que llegan de último comen mejor pero son mal vistos, por eso la gente odia a Tula y se solidariza con Gisela. Hoy yo soy una vieja aguantada como Gisela y tu eres una chola joven y triunfadora que se llevó a una Carmona menos monga que el original.
Hoy es día del padre, no tiene relevancia esa acotación en esta carta, es verdad. Aunque tu sabrás que es un día menos feliz para mi que para ti, y por eso quizá me esté dejando notar un poco idiota (bastante idiota), puede ser que no sea bueno seguir. Te quiero imbecil, en serio me partiste, es muy cabro decir que un hombre me rompió el corazón, pero tu lo hiciste. No quiero que me dirijas la palabra nunca, ni yo te la dirigiré a ti, sin embargo, espero que tu vida reciba una lluvia incesante de bendiciones, de cosas buenas, de mujeres también, luego te darás cuenta que la misma cojudés aburre carajo. Bueno pues cara de escroto, no tengo mucho más que decirte, disculpa si no te gustó, si esperabas más, sé que pudo ser algo mucho mejor, pero como te dije, no me interesa una estética literaria en esta ocasión, sólo me importa que tu sepas que en mi tienes un amigo, un amigo que no verás más, ni podrás buscarlo, pero un amigo al fin y al cabo, porque te aseguro que no tienes tantas personas en tu entorno con tan buenos deseos para ti como los que yo anhelo. Cuídate, adiós, he querido respetarte y he editado muchas líneas de esta carta que me he dado cuenta podrían mortificarte, quiero que te sientas bien y a la vez pedir a todos los que lean esta carta que me dejen de preguntar por Jimmy y Marissa, con este escrito he puesto el punto final a la primera "novela" de mi vida, y parafraseando a Sabina culmino diciendo que: "A este punto final de los finales, no le siguen dos puntos suspensivos".
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